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El presidente colombiano, Gustavo Petro, sumó apoyo el miércoles a una propuesta de su par panameño que busca construir una única ruta migratoria por la peligrosa jungla del Darién, que separa a Colombia y Panamá, como parte de las opciones para lidiar con los miles de migrantes que atraviesan su frontera en busca de llegar al norte del continente.
“Ellos (Panamá) quieren construir una sola ruta legal, controlada por los dos gobiernos, que debe tener estímulos para que quienes quieran pasar escojan esa vía y no queden en manos de las mafias. Yo creo que esa es una idea que podemos seguir construyendo”, señaló Petro a la prensa desde Nueva York en el marco de la Asamblea General de la ONU.
Petro, quien se reunió el martes con su homólogo panameño para hablar de migración, reconoció que en la inhóspita selva hay rutas controladas por “grupos mafiosos” y apuntó que buscarían abrir una única ruta “tranquila, eficaz” controlada por los gobiernos de ambos lados de la frontera, sin especificar cómo abarcarían los 266 kilómetros de extensión de la frontera selvática terrestre entre Colombia y Panamá.
Actualmente, el gobierno colombiano pide a los migrantes irregulares que llegan a poblados cercanos al Darién que se registren en una aplicación móvil para que reporten que están en tránsito. Pero cuando inicia el camino a la selva no suele haber control de las fuerzas estatales, en cambio, las autoridades señalan que en el Darién colombiano hace presencia el Clan del Golfo, principal cártel activo en el país.
El gobierno panameño de José Raúl Mulino ha tenido como bandera política detener el creciente flujo de migrantes por la selva del Darién bloqueando su paso, luego de que en 2023 se registrara un récord con más de medio millón de cruces de migrantes.
“En Panamá hoy está la nueva frontera de los Estados Unidos, porque el Darién y por el Darién, pasan los que buscan aquí en este país una mejor vida”, resaltó Mulino el miércoles en su discurso ante la Asamblea General de la ONU.
El mandatario panameño insistió ante los gobiernos del mundo que Panamá necesita apoyo internacional para atender la migración: “Reitero, las causas son conocidas, pero solos no podemos atenderlas.”
Y añadió: “No disponemos de recursos, ni de posibilidades materiales para darle una solución a la crisis migratoria por nuestra propia cuenta”.
Durante su gobierno, Mulino ha impulsado una campaña para desincentivar la migración. Trazó unas rutas permitidas que custodian sus fuerzas de seguridad, instaló decenas de metros de cercas de alambres de púas y pactó con Estados Unidos un acuerdo para deportar a migrantes en situación irregular, con el que han enviado a sus países, principalmente, a decenas de colombianos y ecuatorianos.
Luego de algunos bloqueos en las rutas de la selva, Panamá reportó una disminución del paso de migrantes. Entre enero y julio habían cruzado 212.426 migrantes, una cifra que se acerca a los más de 248.000 que lo hicieron entre enero y julio del año pasado.
Colombia, que recientemente empezó a monitorear los movimientos migratorios con la aplicación móvil, reportó que entre enero y agosto se registraron 289.419, mientras que en el mismo periodo del año pasado fueron 333.567 cruces.
En agosto, los gobiernos de Colombia, Estados Unidos y Panamá se comprometieron a incentivar el diálogo con otros países de la región por los que transitan migrantes que luego pasan por miles por la selva, en busca de soluciones conjuntas para un fenómeno que consideran debe tratarse con un enfoque regional.